Alguna vez escuchaste o experimentastes:
- Mi hijo habla con su amigo invisible.
- Mi bebé abre muchos los ojos y se ríe.
- Mi niño fija la mirada y abre mucho los ojos y balbucea queriendo decir algo.
- Cuando duerme se ríe mucho.
- No puede dormir solo.
- En la guardería juega solo y habla mucho.
- Mi hija/o …. años siempre tiene invitados imaginarios.
- Alguien se le sienta en su cama.
- Dice cosas que nadie le contó.
Todos nacemos con un Don.
Existe en cada uno de nosotros un talento y habilidades que en su mayor desarrollo nos ayudan en este progreso evolutivo espiritual.
Como padres es importante acompañarlo en este camino de vida.
Nuestra creencias pueden, en muchos casos, limitar o permitir de una forma o manera exagerada, el potencial de nuestros hijos. Para ello debemos educarnos con bases morales que no permita juicio alguno.
La práctica de la no interferencia es fundamental en el acompañamiento de los hijos.
Lógicamente es nuestra obligación darles el conocimiento, enseñándoles todos los aspectos morales de la vida.
De esta forma, iremos creando en ellos su carácter, que será la base de su personalidad .
Este proceso de crianza es primordial en su desarrollo.
Podemos decirles que es lo correcto o no, advertirles de los peligros, lo inmoral, etc, pero recuerda, que toda tu maestría, está basado en tus propias creencias. En tu época , muchas de estas experiencias eran correctas, pero ahora, tal vez, no se adapten a su vida. El desarrollo y momentos vividos es del niño.
No podemos esforzar, por nuestras goces o expectativas, como deben ser.
Ellos disponen, al igual que todos el libre albedrío. Dios, nos otorgó ese permiso.
En lo terrenal será tu consciencia que dirá lo correcto o no.
En los espiritual será tu alma quien te dará el saber que es lo correcto y te lo expresa en el primer pensamiento y siempre vibrando en la más alta moral del amor y respeto al prójimo.
Sabemos que cada uno de nuestros hijos son únicos y perfecto y no nos equivocamos.
Su desarrollo y continuidad en la canalización y Mediumnidad, depende de nuestro acompañamiento.
No es fácil criar a un niño así; tampoco es difícil hacerlo.
Durante los primeros años de vida, incluido los nueve meses de gestación, dependen de los padres.
Desde el primer momento, que sentiste a ese niño en tu vientre ya sabias que sería único. Es aquí que comenzamos este acompañamiento. Nuestro cambio y valores deben contener ciertos principios.
Los eligió como padres, porque están capacitado para que lo acompañes en su crecimiento espiritual.
Cada uno de ustedes tiene su propio Don. Él los eligió, son parte en su progreso , tal vez compartan un mismo Don. Pero ten en cuenta que la elección de este progreso debe ser de él y no de ti.
La práctica y perseverancia son un requisito fundamental, de esta manera lo incorporaremos a nuestra vida diaria.
Hasta los nueve años aproximadamente, según el desarrollo del niño, el espíritu encarnado es convertido en alma, sigue en forma parcial conectado al recuerdo de su vida anterior.
Poco a poco, esos recuerdos, se van cubriendo con un velo para no condicionar en este nuevo progreso en la vida terrenal .
El acompañamiento que ejercemos en ellos hace que su desconexión u olvido, sea más rápida o perdure más tiempo. Es normal que esos recuerdo se desvanezcan. Nuestra vida tiene un abanico de oportunidades. Estamos en un mundo material.
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