fdsfds

Herramientas terapéuticas - Canalización y Mediumnidad - Terapias Florales - Cambios de Creencias - Quiromancia

El Libro de los Espíritus

Libro Primero

LAS CAUSAS PRIMERAS
CAPÍTULO
DIOS


I.- Dios y el infinito
  1. ¿Qué es Dios?
    - Dios es la inteligencia suprema, causa primera de todas las

    cosas.
  2. ¿Qué se debe entender por infinito?
    - Lo que no tiene principio ni fin: lo desconocido. Todo lo que

    sea desconocido es infinito.
  3. ¿Se podría decir que Dios es lo infinito?
    - Definición incompleta. Pobreza del lenguaje de los hombres,

    que es insuficiente para definir las cosas que se hallan por encima de su inteligencia.
    Dios es infinito en sus perfecciones, pero lo infinito constituye una abstracción. Decir que Dios sea lo infinito es como tomar el atributo de una cosa por la cosa misma, es decir, definir algo que no es conocido por otra cosa que tampoco lo es.


II.- Pruebas de la existencia de Dios
  1. ¿Dónde podemos hallar la prueba de la existencia de Dios?
    - En un axioma que aplicáis a vuestras ciencias: no hay efecto sin causa. Buscad la causa de todo lo que no sea obra del hombre y

    vuestra razón os responderá.
    El Libro de los Espíritus
    Para creer en Dios basta con echar una ojeada a las obras de la Creación. El Universo existe. Tiene, pues, una causa. Dudar de la existencia de Dios equivaldría a negar que todo efecto tiene una causa y afirmar que la nada ha podido hacer algo.
  2. ¿Qué consecuencia se puede sacar del sentimiento intuitivo de la existencia de Dios, que todos los hombres llevan en sí?
    - Que Dios existe. Porque ¿de dónde le vendría ese sentimiento si en nada se basara? Es una consecuencia más del principio de que no hay efecto sin causa.
  3. El sentimiento íntimo que tenemos en nosotros de la existencia de Dios, ¿no sería un resultado de la educación y un producto de lasideas adquiridas? - Si así fuese, ¿por qué vuestros salvajes sentimiento? poseen también ese
Si ese sentimiento de la existencia de un Ser Supremo sólo fuera producto de una enseñanza no sería universal y – como las nociones científicas- no existiría sino en aquellos que hubieran podido recibir esa enseñanza.
7. ¿Podríamos hallar la causa primera de la formación de las cosas en las propiedades íntimas de la materia?
- Pero entonces, ¿cuál sería la causa de esas propiedades? Se requiere siempre una causa primera.
Atribuir la formación primera de las cosas a las propieda- des íntimas de la materia sería tomar el efecto por la causa, por cuanto dichas propiedades son, en sí mismas, un efecto que debe tener su causa. 

  1. ¿Qué pensar de la opinión que atribuye la formación primera a una combinación fortuita de la materia: dicho de otro modo, al azar?
    - ¡Otro absurdo! ¿Qué hombre de buen sentido puede considerar al azar como un ser inteligente? Por otra parte, ¿qué es el azar? Nada.
    La armonía que rige las fuerzas del Universo muestra combinaciones y miras determinadas y, por lo mismo, revela un poder inteligente. Atribuir la formación primero al azar sería una falta de sentido, por cuanto la casualidad es ciega y no puede producir los efectos de la inteligencia. Un azar inteligente dejaría de ser tal.
  2. ¿En qué se conoce, en la causa primera, una inteligencia suprema, superior a todas las demás?
    - Tenéis un proverbio que expresa: “Por la obra se conoce a su autor”. Y bien, mirad la obra y buscad al autor. El orgullo es el que engendra la incredulidad. El hombre orgulloso no quiere nada que esté por sobre él, de ahí que se llame “espíritu fuerte”. ¡Pobre ser a quien puede abatir un soplo de Dios!
    El poder de una inteligencia se juzga por sus obras. Puesto que ningún ser humano puede crear lo que la Naturaleza produce, la causa primera es, por tanto, una inteligencia superior a la humanidad.
Sean cuales fueren los prodigios efectuados por la inteligencia del hombre, tiene ella también una causa, y cuanto más grande sea lo que realiza, tanto más grande será la causa primera. Esta es aquella Inteligencia que constituye la causa primera de todas las cosas, no importa el nombre con el cual la designemos.



III.- Atributos de la Divinidad

10. ¿Puede el hombre comprender la naturaleza íntima de Dios? - No. Le falta un sentido para ello.
11. ¿Será dado al hombre, algún día, comprender el misterio de la Divinidad?
- Cuando su Espíritu no se halle ya oscurecido por la materia y por su perfección se haya acercado a Ella, entonces la verá y comprenderá.

La inferioridad de las facultades del hombre no le permite comprender la íntima naturaleza de Dios. En la infancia de la humanidad, el hombre lo confunde a menudo con la criatura, cuyas imperfecciones le atribuye. Pero, conforme el sentido moral se va desarrollando en él, su pensamiento penetra mejor en el fondo de las cosas y se forma acerca de Dios una idea más justa y más de acuerdo con la sana razón, si bien siempre incompleta.

12. Si no nos es posible comprender la naturaleza íntima de Dios, ¿podemos tener una idea de algunas de sus perfecciones?
- De algunas, sí. El hombre va comprendiéndolas mejor a medida que se eleva sobre la materia, ya las entrevé mediante el pensamiento.

13.Cuando decimos que Dios es eterno e infinito, inmutable e inmaterial, único y todopoderoso, soberanamente justo y bueno, ¿no tenemos una idea completa de sus atributos?
- Desde vuestro punto de vista, sí, porque vosotros creéis abarcarlo todo. Pero sabed que hay cosas por encima de la inteligencia del más inteligente de los hombres, y para esas cosas vuestro lenguaje, que se limita a vuestras ideas y sensaciones, no posee expresiones. La razón os dice, en efecto, que Dios debe poseer esas perfecciones en el grado supremo, porque si careciera de una sola de ellas, o bien no la poseyese en grado infinito, no sería superior a todo y, en consecuencia, tampoco habría de ser Dios. Para estar por encima de la totalidad de las cosas, Dios no debe sufrir ninguna vicisitud y no ha de tener ninguna de las imperfecciones que la imaginación puede concebir.


Dios es eterno: Si hubiera tenido principio, habría surgido de la nada, o bien hubiera sido creado por un ser anterior a Él. Así, poco a poco, nos remontamos hasta lo infinito y la eternidad.

Es inmutable: Si Él se hallara sujeto a mudanzas, las leyes que rigen el Universo no poseerían ninguna estabilidad.

Es inmaterial: Vale decir, que su naturaleza difiere de todo lo que llamamos materia. De lo contrario no sería inmutable, debido a que se encontraría sujeto a las transformaciones de la materia.
Es único: Si hubiera varios dioses, no existiría ni unidad de propósitos ni unidad de poder en la ordenación del Universo.

Es todopoderoso: Porque es único. Si no poseyera el soberano poder habría algo más poderoso que Él o tan poderoso como Él. No hubiera creado la totalidad de las cosas, y aquellas que Él no hubiese hecho serían obras de otro dios.

Es soberanamente justo y bueno: La providencial sabiduría de las leyes divinas se pone de relieve así en las cosas más pequeñas como en las más grandes, y esa sabiduría no permite dudar ni de su justicia ni de su bondad... 

Parte del Libro de los Espíritus de Allan Kardec

No hay comentarios:

Publicar un comentario